7 de junio de 2010

Nada es sólo una palabra.

Y nada es igual, aunque lo parezca casi siempre. Lo cotidiano extiende su manto y nos aprisiona otorgando sensación de igualdad. Ni lo metódico es totalmente igual. Las palabras pensadas no son las mismas ahora que mañana, antes que después. Ni los sabores son los mismos aunque se desayune lo mismo cada día y se coma y se cene a la misma hora día tras día. El humor, la pereza, la actividad, la incomodidad, la tristeza, el deseo, la alegría... , no son iguales ayer y hoy y mañana.


Sin embargo el manto cotidiano se extiende y agarrota los músculos. Impasibles. Están envueltos en una rutina que nos empeñamos en disfrazar de igual.


Y nada a veces es todo. Todo lo que se nos agarrota en la garganta y quisiéramos expulsar. Todo lo que pensamos y no nos atrevemos a pronunciar. Todo aquello que nos dolió y aún, sutil y agazapadamente, se sacude con latigazos en nuestro interior.


NADA, decimos cuando se nos pregunta qué nos pasa.
TODO se acumula en NADA.
Ese NADA que no  podemos contar o este TODO que nos pertenece.


¡Cuánto se puede expresar con NADA, aunque sólo sea una palabra!

5 comentarios:

  1. El cíclope Polifemo, a la pregunta de quién le había cegado con una lanza respondió gritando: "Ha sido Nadie!!", pues Ulisses le había engañado diciendo que ese era su nombre.
    Nada, nadie, todo, siempre, nunca... qué cántaros vacíos son las palabras, que intercambiables a veces sus significados!
    Un abrazo grande y colmado

    ResponderEliminar
  2. Por una parte creo que la rutina proporciona una clase de seguridad a las personas, tal vez de ahí la expresión "el hombre es un animal de costumbres". Puede que no estemos preparados para una vida en la que todo sea nuevo o distinto cada vez, pero por contra, como explicas tan bien, la cotidianidad es una circunstancia creciente que tiende a convertirse en una pesada carga. De modo que, visto así, no soportaríamos una realidad constantemente cambiante y a la vez debemos protegernos de una reiteración aniquilatoria. Estos conceptos, como el de "nada", son siempre muy relativos. Una vez leí un fascinante artículo que guardo, titulado "El vacío y la nada", en el que se trata la diferencia entre ambos conceptos en el mundo de la física. Todo empezó con Einstein, después Hubble y otros descompusieron la idea (sólo) apuntada por Einstein, pero en los últimos tiempos los físicos han dado la razón al padre de la teoría de la relatividad. El vacío es una clase de energía que se conoce como energía oscura y parece que tiene una enorme importancia. Por lo visto no se comprende aún bien la diferencia entre la nada y el vacío pero son cosas distintas.
    A esta idea me lleva lo que has escrito bajo el título "Nada es sólo una palabra". Genial. Si "nada" es sólo una palabra, es que "nada" es lo contrario de nada, es decir, es algo. Una palabra, nada menos, y entonces podríamos decir que "nada" es como una molécula, y que cada una de sus letras son los átomos que la conforman, y fijémonos en lo que hizo y hace la ciencia a partir de moléculas y átomos.
    Tal vez por eso, cuando muchas veces (no siempre) decimos "nada" es porque ese "nada" está lleno de tanto y, como dices, "todo se acumula en nada", y "ese nada que no podemos contar o este todo que nos pertenece" sean como esa energía oscura (en el caso de la ciencia "vacío") intrasnferible en lo que se refiere al alma en lo humano.
    Tú lo has dicho: cuánto se puede expresar con NADA, aunque "sólo" sea una palabra.
    Y además tiene la virtud de lo poético: "nada es sólo una palabra".
    Precioso texto.

    ResponderEliminar
  3. rh:
    Preciosa tu explicación. Clara, razonada y aplicada a la ocasión.
    Se ajusta a lo que quería decir, pero sin tener en cuenta el concepto de la física, al menos de forma consciente. Porque lo de los vacíos en el espacio siempre me ha llamado a la curiosidad. Intenté imaginar muchas veces cómo serían, y que, de algún modo, serían vacíos de las materias conocidas, pero... ¿y si contuviesen otras desconocidas? ¿Se le llaman vacíos porque no contienen ninguna de las materias que lo rodean y que se supone debería tener? ¿O la ausencia de tales es otra forma desconocida de fuerza o energía?
    Enfin, puesta a elucubrar, no hay quien me aguante.
    He aprendido mucho de lo que dices y la aplicación a mi texto es totalmente válida.
    Me gustaría poder leer ese artículo que dices. ¿Podrías indicarme dónde encontrarlo? ¿O bien, si lo conservas, enviármelo por email?
    Gracias por tu comentario.
    Mi correo: elebouper@hotmail.com

    ResponderEliminar
  4. Ahora tengo que ir y no quiero atropellar las palabras, así que te respondo mañana y te envío también el artículo.
    Un abrazo (de aire, como las puertas, por lo dolorido de los huesos con la gripe)

    ResponderEliminar
  5. Hacía mucho tiempo que no me pasaba a leer por aquí, y no sabía si hacerlo de forma anónima o dejando algún tipo de huella. Porque no es precisamente "nada" lo que estas palabras me han trasmitido.

    Me mudé de blog, porque el paso del tiempo y los acontecimientos lo estabaron convirtiendo en un todo algo viciado ya... Si te pasas no dudes en dejar huella; apreciaba mucho tus comentarios, sinceramente.

    Un saludo. Espero con esto no parecer muy inoportuna, y no darte una mala sorpresa :S
    Cuídate!

    ResponderEliminar