8 de enero de 2011

Siempre tus palabras.

A Pablo.




Andan sueltas las palabras por la casa, las recojo en cualquier lugar; en la cocina en medio de los olores que se desprenden de las ollas o del horno; tumbadas en el sofá de la sala; por las escaleras; en el estudio o en el cuarto de baño. Las conozco. Siempre estuve muy unida a ellas, desde su primera y titubeante  vocalización. Estos días son cercanas, están aquí, pero habitualmente se desparraman en otros lugares que no me son  accesibles. Y es un gozo encontrarlas; a veces, adormiladas; otras, serenas y lúcidas.





A veces son breves, cuando las preguntas escuchadas requieren respuestas de rotundidad;  otras lentas, cuando el pensamiento se enrosca en las espirales del cerebro buscando las conexiones que pongan en funcionamiento a las neuronas despistadas que se pierden y adormecenen entre circunvoluciones y cisuras como si de un laberinto se tratase. A menudo siguen teniendo, al inicio y al final, signos de interrogación.
Y llega una a acostumbrarse, en pocos días, a esas palabras desparramadas; como si nunca se hubiesen ido, como si solo hubiesen estado en silencio más tiempo del habitual. ¡Es tan fácil fascinarse con ellas, discutirlas, contrariarlas, asentirlas o simplemente escucharlas...! ¡Es tan fácil tenerlas cerca y tan difícil verlas alejarse aún sabiendo que volverán!



En la mañana, aún me parecía encontrarlas en medio de las sábanas al deshacer la cama y al recoger las toallas para lavarlas; entre las tazas y en la cafetera Esta tarde, al regresar a casa, se habían ido. Y un hueco raro se hizo entre ambos pulmones.




Me di cuenta, entonces, de lo rápido que me habían pasado estos días tan tranquilos, en lo a gusto que me he sentido teniendo cerca tus palabras, tu sentido mimo y tu amor incondicional. Gracias por dejarme compartir tu ser otra Navidad más.

5 comentarios:

  1. Bello
    Tierno
    Un encuentro sorprendente con las palabras.
    Besos

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  2. Las palabras lo son todo en nuestra vida, tanto las palabras habladas como las escritas.

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  3. Euge:
    Un gusto leerte tras las fiestas. Gracias por lo escrito.
    Besotes.

    Senior:
    Tienes toda la razón, lo son todo las palabras. Gracias por hacer el enlace a lo que tú escribiste en tu blog respecto de las mismas y de esta red.
    Gracias también por venir.
    Un abrazo.

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  4. Somos personajes muy extraños. Lo cuentas de una forma sutil y preciosa... De pronto nos reencontramos con ciertas palabras, cierta forma de decirlas, expresiones, inflexiones al hablar, manías, costumbres. Parece que vinieran de fuera, que han regresado al haber estado ausentes, pero en realidad, en la verdad implícita y silenciosa que está en todas partes, reconocemos que también son nuestras todas esas palabras y esas manías. Son nostros mismos, pertenecen a un yo indiscutible. Su apariencia de pertenecer a otras vidas y otros seres no es más que una máscara. Nos damos cuenta que estamos en ellas y que ellas, tan distintas a la vez, son nosotros mismos. Es grande la vida cuando lo percibes. Es grande la vida cuando sientes aún caliente en tu rostro la última sonrisa compartida con la otra sonrisa.

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  5. rh:
    Sí, es verdad que somos extraños y, de alguna manera, prolongamos parte de ese yo indiscutible. Y al verlo fuera de nosotros, lo reconocemos, nos reconciliamos o nos repudiamos en manías y gustos como lo hacemos con nosotros mismos cuando no nos gusta lo que hemos dicho o hecho, cuando nuestra terquedad o forma de hacer no nos reporta momentos agradables.
    Pero siempre tienen una superación, un estadio exclusivo que les pertenece y que vemos como una maravilla donde habita la belleza que nosotros no alcanzamos.
    Un fuerte abrazo.

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