4 de octubre de 2008

Llenando oquedades.



Tiempos de silencio
paseos interiores,
flujos descendientes
surcando oquedades.
llenando recovecos
nunca antes inundados.
Estímulos débiles,
impulsos tenues,
circuitos neuronales
sin conexión
retomando tareas
nunca antes estimuladas.
Y un dejarse ir,
casi un abandonar,
por momentos,
el latido vital
que mueve el estar.
Mas seguimos sintiendo,
seguimos susurrando
en medio del silencio,
apresamos un pensamiento,
aprehendemos los sentimientos,
y volvemos,
paso a paso,
a recibir caricias de luz
que calientan la piel,
que templan la carne
y animan el corazón.
Y entonces nos decimos,
tras ese demorado letargo,
que seguimos el fluir,
que todo es posible,
incluido el revivir.