21 de enero de 2012

Alas de cera.

Porque querría haber sido la inspiración de tu poema, la actriz de la obra de tu vida, el retrato de tu lienzo y la calidez que envolviese tu cuerpo. Porque ambicionó cielos y desechó abismos, porque buscó la risa y anheló la belleza, descendió de sí para subir en ti, para seguir tu rastro, para ver tu sonrisa, para coger tu rostro con sus manos y mirarse en el espejo profundo de tu mirada.

Por soñarte, por desearte, renacería de la cenizas de su cuerpo inerte, arrancaría la tierra que cubre sus huesos, por abrazar tus ansias y voltear tus requiebros.

Pero le inunda el silencio.
Pero te sobran las voces.

Sobrevuela el desánimo, desconfía del viento, del rumbo sin brújula del sur de sus anhelos. Recoge las alas de cera derretida por la proximidad de tu sol y derrama incertidumbres sobre la escarcha de sus sueños.

Solo tu imagen,
ya solo tu sombra,
ya apenas nada,
ya apenas ella...
un destello por ser.