Y anochezco otra vez
envuelta en quehaceres
incontables.
¿Cómo se nombran
las idas y venidas
de un lugar a otro
buscando un no sé qué...?
¿Y cómo al capricho
que neuronas fusionadas,
juguetonas y sádicas
invierten en hacer
que nuestro pensamiento
divague sin saber por qué?
Más... aquí estoy,
anocheciendo otra vez.
Mejor ni os cuento
mi ruinoso y patético amaneciendo.
¿Invención o realidad?
¡Vayamos todos a saber!
Que no todo lo que parece
acaba por siempre siendo.
Que no cuanto percibimos
es realidad o es sueño.
Hay un punto intermedio
que ni lo uno ni lo otro es;
así busco, pues
en qué punto me encuentro,
y hasta llego a dudar,
si vosotros estáis,
aquí, allá o en medio,
o quizá en ningún lugar.
Más no me hagáis caso,
este soso divagar
es prueba fehaciente
de una persona vehemente
empecinada en preguntar
cuando no hay qué contestar.