9 de abril de 2012

Haikus


El mar y el cielo
horizontes en rojo,
de atardeceres.


Suspende el aire
la gaviota en sus alas,
huele a salitre.



Luz de la luna
sobre el manto nocturno,
mi luz la reta.



Tras el adiós
irremediablemente,
siento vacío.



En tu palabra
cada día más clara,
rejuvenezco.



Todo coincide,
el tren y los viajeros
amalgamados.




La mariposa
con su inquieto aleteo,
dibuja cielos.



Viento del norte
arrastrando las nubes,
se cuela el frío.