"Las cosas más hermosas, ocurren en secreto y en privado".
La habitación de invitados. Helen Garner. .Entre la bruma marina,
silenciosa y calladamente,
se coló tu voz ahogada
hasta mi puerta entornada.
¿Qué secretos me confiabas
entre crepitar de espumas
y aleteos de gaviotas
al susurrarme palabras?
¿Qué ansiedades sudorabas
en tu soñar de inmensidades
hasta sacudir el salitrado lastre
en la arena remojada?
Desnudaste lentamente
pedacitos diminutos
de tu alma renovada
dejándolos caer en las caracolas del agua.
Recogiste las huellas
de mis leves pisadas,
las acunaste en tus brazos
hasta llegar el alba.
Dormidas,
en la arena,
quedaron dos almas,
la una de claridad,
la otra de esperanza.
En el claro del día
se encontraron en la arena,
dibujada,
la silueta de un hombre
con los brazos sosteniendo
las huellas de unas pisadas.
No me preguntéis nunca
si fue realidad o sueño,
pero sentí el vaivén
que adormecía mi credo.
Parece, cuando se lee, que se cuelan entre las palabras los sonidos de olas pequeñas al llegar a la orilla. Es como un canto en voz baja de pensamientos trenzados por la realidad y la ilusión, y ambas se superponen la una a la otra alternativamente, como el ruido de una de esas olas pequeñas, que cuando parece que se desvanece en el silencio renace con el sonido de una nueva ola. Como el vaivén de las ondas, como el ritmo de las mareas. Puede que los sueños no sean más que un encantamiento que se le da a la vida en busca de una belleza que necesitamos sentir, pero que de cualquier manera, consiguen por el hecho de ser sueños y por tanto, de existir, hacer un poco real en el mundo de los sentidos esa belleza perseguida.
ResponderEliminarPreciosa la imagen de las almas dormidas en la arena y de la silueta de un hombre en esa arena sosteniendo en sus brazos las huellas.
Precioso poema sin título.
Un abrazo
rh:
ResponderEliminarPrecioso tu comentario. Completas, desmenuzas e interpretas.¿Acaso no son los sueños encantamientos de vida para sentir la belleza? ¿Hasta que punto no son reales si impulsan nuestro ánimo y nos arrastran a superarnos?
Un secreto: Guardo una caja de madera con un montón de huellas de gente que se me ha aproximado, algunos no tienen físico, son meros espíritus que han dejado sus pisadas grabadas en mí. Abro la caja una vez al año. ¡con qué ímpetu airean las huellas sus palabras para ser escuchadas! Al cabo de un rato, tras escucharlas y dejar que las lágrimas inunden mis ojos, pues algunas no pisarán nunca más, las vuelvo a guardar con todo el cariño que su recuerdo me provoca.
Un abrazo.
Tus post siempre me recuerdan aquella canción de Carlos Cano que decía
ResponderEliminarY todo el mar dentro de ti
y todo el mar fuera de mi...
Senior:
ResponderEliminarEspero que al menos te guste esa canción de Carlos Cano. Es que el mar, puede serlo todo.
Gracias por tu visita.
Un abrazo con sabor salado.